domingo, 1 de mayo de 2005

El ansia de conocimiento es...afortunadamente insaciable

La vida es extraña. El mundo es pequeño, pero lejano. La ilusión es concreta, pero difusa. Nunca tenemos la culpa de nada, el destino lo guía todo. No es cierto, nosotros decidimos lo que nos pasa y lo que pasa por la vida de los demás y, en la misma medida, los demás también escriben nuestra existencia. Gödel tranquilizó a los que temían que el razonamiento pudiera dejar el mundo al descubierto, aún hay cosas de las que nuestra mente nunca será dueña. ¡Qué alivio! Gracias a este destino, que no es más que lo que influyen las vidas de los demás en la nuestra, nosotros podemos relajarnos (a veces, sólo a veces) y dejar que los corazones marquen al mismo ritmo sin nosotros. Que los corazones (de los demás, digo) bailen con nuestra ausencia sin menospreciarnos. A veces (sólo a veces) sentirse nadie es bueno, pues tu conciencia agradecerá poder excusarse; tus ojos se alegrarán de haber estado cerrados.

Arthur Schopenhauer: Hay que pensar como la minoría y hablar como la mayoría.

Oyendo: En aquel hotel jamaicano (las mujeres van con marido. Los maridos se quedan mirando cómo juegan a lo prohibido....) - Café Quijano