Guardad un poco para mañana (de silencio)

Ya lo adelantó Antonio Silva cuando yo estaba en primero: "tú lo que tienes son ganas de tocar los huevos", me dijo. Y asentí. Esta tarde, a las tres y cuarto concretamente, un individuo se ha dedicado a golpear con una botella vacía un tronco cortado de eucaliptus, justo a un metro de donde yo disfrutaba de la siesta cacereña, en la piscina municipal. Después de despertar y de comprobar que dicho individuo tenía dificultades para comprender que el teléfono móvil ya transmite tu voz y no hace falta que la levantes para que llegue bien, mientras seguía haciendo ruiditos con la ... botellita contra el tronco, me vino una idea a la cabeza. Cogí otra botella vacía, la mía de coca-cola, y me puse a hacer más ruido que él (ya una vez despierto) hasta que cualquiera hubiera concluido ante la escena que estábamos picados a ver quién lo hacía más alto. Al molestarle al individuo mi ruido y disponerse a decirme que no era capaz de hablar por teléfono -no me ha dicho nada, pero supongo que haya sido en el momento en que ya no entendía bien lo que le decían- se ha dado por aludido e ido, nunca mejor dicho, con la música a otra parte y yo, como buen cacereño, disfruté al fin de mi siesta.