No sé si en busca de mérito
o de fracasos
mi niñez pasó la vida jugando
sin hacer caso
a la suerte de cosas que me decían
que no había yo nacido
para alegrías
El sol y aquella rama, de amigos,
no fallaban a las citas
ni los domingos
no necesitaba más aplauso
ni compasiones
tan sólo tiempo y silencio
para mis reflexiones
sobre la infinitud del mundo
y sus intenciones
pasaban largos ratos
mis disertaciones
solo al sol, o a la sombra,
lo mismo da si estás solo
y nadie te ve
jugando con la vida,
recién comprada ayer
y que mañana
bajarás a la tienda
a devolver
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